lunes, 17 de junio de 2013

El chorizo extremeño”
                        ¡¡Que tiempos aquellos!!  Aunque parece que fue ayer sí, pero la verdad es que ya han pasado un buen puñado de años, a pesar de que casi no nos hallamos  enterado, pero lo cierto es que  aunque en nuestras mentes permanezcan los recuerdo de por vida, el tiempo ha pasado por la misma a la velocidad del rayo. Pero bueno, dejemos  esto por el momento, y sigamos con el asunto que me ha movido para  escribir estas experiencias que no es otra cosa que dar a conocer (y al mismo tiempo hacer algo de propaganda de mi tierra) cuando llegaba la época de hacer la matanza de casa, que siempre se efectuaba (no se si por azar o por capricho) el  ocho de diciembre día de la Purísima  Concepción.
                       
            Después de los años trascurridos, como acuden a mi mente aquellos maravillosos tiempos, nos solíamos juntar parte de la familia, nosotros los pequeños a pasárnoslo bien durante los cuatro o cinco días que duraba dicho acontecimiento, degustando en especial  las magras de cerdo (Ibérico claro) a la brasa, y los mayores a trabajar picando carne y demás ingredientes necesarios, ya que había que preparar la vianda para todo un uño. Recuerdo que además del jamón, costillas tocino de papada y barriguera para los torreznos, se hacían chorizos, comineras, patateras, lomos, buches, lacones y morcillas de sangre y cebolla, o sea, lo que se dice toda clase de embutidos: que al conjunto de todo ello le llamábamos chacina. Sí, porque la palabra chorizo…. puede dar motivo a  posibles y desagradables confusiones, pero si decimos chacina ya es otra cosa, quiere decir que es auténtico manjar extremeño.

            Hasta aquí solo se conocía por su fama el chorizo (chacina) extremeño, el salmantino y como no, el chorizo Revilla (ya en segunda escala) y por si faltaba alguno el de “Cantinpalo” aunque este debió ser muy escurridizo (como los de ahora por que yo no recuerdo haberlos probado) y todos gozábamos de unos saludables y  exquisitos embutidos: pero hoy día no es lo mismo, desde hace unos años para acá la cosa ha cambiado totalmente por completo.
           
            ¡¡Pero que pasó!! Que desde que algunos especuladores amigos de feos y turbios negocios, atracadores con alevosía y nocturnidad, acostumbrados a vivir a toda costa de meter la mano en la hucha o mochila como os guste llamar, y sin doblar el espinazo (si espinazo por burros) en su vida, descubrieron que esto de fabricar chorizo era un chollo, se inventaron un más que sucio negocio y montaron en España nada más y nada menos que diecisiete Macro-empresas choriceras, que terminaron con los pequeños, humildes y honrados matarifes del pasado. Pero claro, estos indeseables solo fabrican chorizo de muy baja y sospechosa calidad, y a demás en cantidades astronómicas, poro que lo que se dice chorizos, chorizos… la verdad que si lo son en abundancia, pero demostrando carecer  de toda clase de honradez  y  vergüenza.
           
            Por no extenderme demasiado y no resultar pesado al respetable, solo reflejaré dos de las localidades donde se hallan ubicadas estas grandes y sospechosas empresas y el nombre de las mismas, por si algunos os dedicáis a regentar tiendas de ultramarinos u hoteles, para hacerles los pedidos choricero, y así poder disfrutar de interesantísimos descuentos, pero eso si, sin que en ningún momento perdáis de vista la cartera. Ciudad, Marbella, Supermercado “Malaya” gerente J. Gil (fallecido) adjunto J. Muñoz, el que pregonaba a bombo y platillo “los chorizos a la cárcel” y mira por donde. Valencia,  gerente F. Camps, adjunto, R. Costa, Mallorca Supermercado “Gurtel” gerente J. Mata, adjunto I. Urgandarín, un reconocido deportista, más que nada por el puesto que ocupa en la sociedad. Donde os recibirán  como principales dirigentes para haceros toda clase de descuentos siempre que ellos gocen de participar de buenos dividendos.  Yo estoy seguro que no tendré demasiados problemas con ellos, por que como buen extremeño y conocedor de la chacina, (no de los chorizos) cuando revise la chorizada como no me fío un pelo de ellos, si veo algo raro o no me guste su presencia, me fijaré en el código de barras, y si no comienza por EX, no me haré  cargo de dicha  mercancía.
           
            Y ahora después de todo lo expuesto en el presente escrito y a demás de estar hasta la médula de tanto tuerce botas atracadores y chorizos: perdonar por la  reincidencia, pero otra vez más tengo que recurrir a los refranes de mi abuela materna: decía así, “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” por lo tanto, creo que  me quedo con el consejo, y como no, con mi extraordinario y natural chorizo extremeño…
                                                         El abuelo, 11/06/13


           


            
El chorizo extremeño”
                        ¡¡Que tiempos aquellos!!  Aunque parece que fue ayer sí, pero la verdad es que ya han pasado un buen puñado de años, a pesar de que casi no nos hallamos  enterado, pero lo cierto es que  aunque en nuestras mentes permanezcan los recuerdo de por vida, el tiempo ha pasado por la misma a la velocidad del rayo. Pero bueno, dejemos  esto por el momento, y sigamos con el asunto que me ha movido para  escribir estas experiencias que no es otra cosa que dar a conocer (y al mismo tiempo hacer algo de propaganda de mi tierra) cuando llegaba la época de hacer la matanza de casa, que siempre se efectuaba (no se si por azar o por capricho) el  ocho de diciembre día de la Purísima  Concepción.
                       
            Después de los años trascurridos, como acuden a mi mente aquellos maravillosos tiempos, nos solíamos juntar parte de la familia, nosotros los pequeños a pasárnoslo bien durante los cuatro o cinco días que duraba dicho acontecimiento, degustando en especial  las magras de cerdo (Ibérico claro) a la brasa, y los mayores a trabajar picando carne y demás ingredientes necesarios, ya que había que preparar la vianda para todo un uño. Recuerdo que además del jamón, costillas tocino de papada y barriguera para los torreznos, se hacían chorizos, comineras, patateras, lomos, buches, lacones y morcillas de sangre y cebolla, o sea, lo que se dice toda clase de embutidos: que al conjunto de todo ello le llamábamos chacina. Sí, porque la palabra chorizo…. puede dar motivo a  posibles y desagradables confusiones, pero si decimos chacina ya es otra cosa, quiere decir que es auténtico manjar extremeño.

            Hasta aquí solo se conocía por su fama el chorizo (chacina) extremeño, el salmantino y como no, el chorizo Revilla (ya en segunda escala) y por si faltaba alguno el de “Cantinpalo” aunque este debió ser muy escurridizo (como los de ahora por que yo no recuerdo haberlos probado) y todos gozábamos de unos saludables y  exquisitos embutidos: pero hoy día no es lo mismo, desde hace unos años para acá la cosa ha cambiado totalmente por completo.
           
            ¡¡Pero que pasó!! Que desde que algunos especuladores amigos de feos y turbios negocios, atracadores con alevosía y nocturnidad, acostumbrados a vivir a toda costa de meter la mano en la hucha o mochila como os guste llamar, y sin doblar el espinazo (si espinazo por burros) en su vida, descubrieron que esto de fabricar chorizo era un chollo, se inventaron un más que sucio negocio y montaron en España nada más y nada menos que diecisiete Macro-empresas choriceras, que terminaron con los pequeños, humildes y honrados matarifes del pasado. Pero claro, estos indeseables solo fabrican chorizo de muy baja y sospechosa calidad, y a demás en cantidades astronómicas, poro que lo que se dice chorizos, chorizos… la verdad que si lo son en abundancia, pero demostrando carecer  de toda clase de honradez  y  vergüenza.
           
            Por no extenderme demasiado y no resultar pesado al respetable, solo reflejaré dos de las localidades donde se hallan ubicadas estas grandes y sospechosas empresas y el nombre de las mismas, por si algunos os dedicáis a regentar tiendas de ultramarinos u hoteles, para hacerles los pedidos choricero, y así poder disfrutar de interesantísimos descuentos, pero eso si, sin que en ningún momento perdáis de vista la cartera. Ciudad, Marbella, Supermercado “Malaya” gerente J. Gil (fallecido) adjunto J. Muñoz, el que pregonaba a bombo y platillo “los chorizos a la cárcel” y mira por donde. Valencia,  gerente F. Camps, adjunto, R. Costa, Mallorca Supermercado “Gurtel” gerente J. Mata, adjunto I. Urgandarín, un reconocido deportista, más que nada por el puesto que ocupa en la sociedad. Donde os recibirán  como principales dirigentes para haceros toda clase de descuentos siempre que ellos gocen de participar de buenos dividendos.  Yo estoy seguro que no tendré demasiados problemas con ellos, por que como buen extremeño y conocedor de la chacina, (no de los chorizos) cuando revise la chorizada como no me fío un pelo de ellos, si veo algo raro o no me guste su presencia, me fijaré en el código de barras, y si no comienza por EX, no me haré  cargo de dicha  mercancía.
           
            Y ahora después de todo lo expuesto en el presente escrito y a demás de estar hasta la médula de tanto tuerce botas atracadores y chorizos: perdonar por la  reincidencia, pero otra vez más tengo que recurrir a los refranes de mi abuela materna: decía así, “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” por lo tanto, creo que  me quedo con el consejo, y como no, con mi extraordinario y natural chorizo extremeño…
                                                         El abuelo, 11/06/13