“Un año para olvidar”
A punto de finalizar
el presente año 2013, no me gustaría despedirlo sin dedicarle todo aquello que
por la tan cacareada (y mal llamada crisis) habemos tenido que pasar los
sufridos y sacrificados españolitos de a pié, mientras nuestros gobernantes
democráticos (según nos quieren hacer tragar) solo se han preocupado de desvalijar las arcas de nuestros
recursos Nacionales, hasta el punto de llevarnos a la miseria o indigencia como
la queramos llamar en la que estamos
embarcados, y sin ver esa luminosa y ansiada luz en la puerta de al final del túnel,
por la cual según nuestros abnegados y preocupados defensores estamos a puntos
de salir.
Yo soy conciente de
que sí, se trata de una crisis en la cual esta inmersa toda
la comunidad económica europea, y nosotros como pertenecientes a la
misma no nos queda otra que sufrir y cargar con la parte que nos corresponda de
tales consecuencias: pero también soy conciente (en mis humildes conocimientos
sobre el particular) que si nuestros políticos
se hubiesen puesto todos de acuerdo y
dispuestos a trabajar sobre el tema, es más que seguro que el asunto de la
(repito) tan cacareada crisis no hubiese llegado hasta el asfixiante y caótico extremo en el que nos
encontramos debido a la actuación y comportamiento de nuestros dirigentes de turnos tan aficionados y amigos
de apoderarse de los vienes ajenos, sin el menor decoro conciencia y respeto
hacia nosotros los contribuyentes: y por lo tal como es natural, hemos llegado
a la actual situación y claro, de ahí dimanan los males del enfermo.
Si cuando se descubrió
el desmán de Marbella que fue donde empezó el choriceo, continuando por
Valencia, Baleares, Canarias, Madrid, Castilla la mancha, Andalucía y no sigo más
por que la lista sería interminable; a partir
de ahí comenzó a complicarse la cosa como
las malas enfermedades extendiéndose por todo el territorio Nacional, estoy seguro
que no hubiésemos llegado al desesperante y crítico momento por el que estamos
pasando. Pero claro, este atajo de indeseables, chorizos y sinvergüenzas por los que estamos gobernados, se dieron
cuenta del magnífico chollo que tenían a la vista y decidieron no dejarlo
escapar: hablaron entre si y fundaron la ONG o asociación de ALIVABA Y
LOS CUARENTA LADRONES (aunque estos son muchos más) y al grito de maricón el
último (como decíamos nosotros de pequeños) se lanzaron todos en plancha al pillaje
aprovechando las aguas revueltas para hacer su agosto; pero eso sí, sin
caballos ni trabucos (para no ser confundidos con los bandoleros del pasado, a
pecho descubierto, sin ningún reparo ni pensárselo
un momento antes de que fuese demasiado tarde.
Por lo tanto como he
mencionado anteriormente, a mí por desgracia no me pudieron dar las facilidades
de estudiar que han tenido toda esta “Chusma” de indeseables que nos han
llevado a la situación en que nos encontramos. Pero yo a pesar de carecer de
estudios superiores (como les ocurre a un importante grupo de los políticos de
pacotilla del momento) quiero decirles a
estos ladrones, salteadores de cuentas del Estado, Ayuntamientos, Ministerios,
Empresas, Cajas de Ahorros bancos y demás, que el asunto de la crisis habría
sido facilísimo de solucionar, pero claro, a estos chorizos sin escrúpulo no
les interesaba ni les era rentable tal procedimieno.
Por lo tanto, la
crisis se hubiese evitado de la siguiente manera: incautación de todo el
patrimonio (o bienes) de estas miserables ratas hasta sumar la cantidad mangada
(robada) para su recuperación, más la sanción correspondiente a la cantidad sustraída por el delito cometido y de la cárcel nada de
nada, a la calle a trabajar y poder
producir para ganarse el sustento con el sudor de su frente como el resto de los españoles, ya que allí dentro vivirían como maharajaes y además tener que darles de comer a estos
amigos del saqueo nos costaría un ojo de la cara acostumbrados como están a
vivir bien sin dar un palo al agua y comer mejor, que correría a cargo de todos
nosotros los contribuyentes.
Después de pasado el
calentón y haberme desahogado un poco soltando todo lo que he ido almacenando
durante todo el año, con mucho dolor y contra mi voluntad, no me queda otra
opción que calificar este año que
termina como indica su título en el encabezamiento del presente escrito ¡¡UN
AÑO PARA OLVIDAR!!
El Abuelo.-